lunes, 15 de diciembre de 2014

Ciiiiiiiiiiiiiiiiiiinco largos minutos

 
   Una vez, Virginia Rodrigo (http://www.virginiarodrigo.com/) dijo que lo peor de hacerse un análisis de sangre era tener que quitarte el esparadrapo después. En mi caso, lo peor no es el esparadrapo, porque en mi ambulatorio no lo ponen (no sé si será más cruel no ponerlo que ponerlo), sino la agonía de tener que estar ciiiiiiiiiiiiiiiiiiinco largos minutos sujetando un algodón impregnado de alcohol fuertemente en la zona en la que te acaban de pinchar con el brazo estirado para que no se te haga un hematoma (ves tu vida pasar..., tu infancia, tu adolesciencia, tus primeros amores, tus encuentros y desencuentros, ves lucecitas y te entran sudores... y no exagero...)... Esos minutos que se hacen eternos, pues el brazo te palpita (tiene un corazón propio) y quieres dejar de apretar (se te va acabando la vida...), ya que conforme vas apretando, más te vas aflojando... y claro, te mareas (y no haces "cataplum" contra el suelo porque no llegas a marearte del todo, pero casi...). ¡Pero hoy no me he mareado! (aplausos, confeti, serpentinas, ¡fiesta!) Y eso que mi sangre no había coagulado del todo cuando he retirado el algodón y he visto fluir una gota (que no sé ni cómo no me he caído muerta ahí mismo)...

   ¡He sido fuerte y he aguantado!

¡Chaaaaaaaaaaaaaaaaaaampion woman!






I am the champion, my friends
And I'll keep on fighting 'till the end...
......................


(02/07/14)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Un retiro en la bóveda de un banco

   La verdad es que no sé cómo empezar esto. Diría cien mil cosas ( o más, que no me gusta exagerar ) de miles de millones de formas, pero...