viernes, 10 de enero de 2020

A las cosas hay que llamarlas por su nombre


   Si escucháis a una persona jadeando a las 13:30 h ¿qué pensáis?

"Ha estornudado, pues salud, oiga"
"Eso no es un estornudo"
"Tampoco parece tos"
"Se está ahogando"
"Se ha hecho daño"
"Pensaba que el agua estaba caliente y estaba helada"
"Se ha pillado los dedos con algo"
"Se ha cortado con algo en la cocina"
"Se ha clavado un alfiler al meter la mano en la caja de la costura"
"No le vale la ropa después de Navidad"
"Le ha salido un grano"
"Le ha dado un retortijón"
"Se ha tropezado y se va a caer"
"Su mascota se ha comido las zapatillas"
"Se lo está pasando teta"
"Se ha corrido, ha terminado"
...

   Podéis pensar muchas cosas escuchando a una persona jadeando (arriba sólo he puesto una pequeñísima parte...). En mi caso, os puedo asegurar que bien ha podido ser la última opción de unas cuantas que he puesto ("Piensa mal y acertarás").

   Esta mañana he acompañado a mis padres a hacer su compra (que es viernes, y les gusta hacer la compra los viernes, que les hacen descuento). Cuando volvíamos, desde la ventana de un piso bajo hemos escuchado un jadeo muy sospechoso.

   - ¿Qué es eso? Alguien ha estornudado - ha dicho mi señora madre.

   Mi padre delante de nosotras con el carro.

   - Pues yo creo que era alguien masturbándose pegad@ a la ventana y acaba de correrse - ha sido mi respuesta.

    Mi padre delante de nosotras con el carro.

   Mi madre se ha descojonado de la risa, pero creo que ha sido más por mi comentario que por la situación (es que puedo llegar a ser muy payasa con mis comentarios, pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre).

   - Que si le gusta jugar consigo mism@ pegad@ a la ventana está en todo su derecho, está en su casa - he añadido.
   - Sí, sí... No parecía un estornudo.
   - Claro, no ha hecho "AAAAAATCHÚUUUUUS", sino "AAAH AAAAH AAAAAAH AAAAAH AAAAAAAH!!!!", claramente.
   - Sí, sí...
   - Pues nada, ese o esa ya va a estar content@ para lo que queda de día.

   Y mi padre delante de nosotras con el carro.

   Hay personas a las que les gusta que les vean, o que les oigan, o ambas cosas mientras juegan consigo mism@s (para gustos, los colores, y todo respetable)... Quizás ha esperado a que pasase alguien por delante de su ventana para llegar a su momento cumbre (¡y explotar!), y justo hemos pasado nosotros (¡BOOM!). Qué casualidad... Lo que no sé es si la siguiente vez que pase por ahí, miraré de reojo cuando pase por su ventana, iré por la acera de enfrente o simplemente me acordaré del tema como una anécdota.






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