martes, 20 de enero de 2015

De "¡Señoraaaaaaaaaaaaaaa!" a "¡Tía buenaaaaaaaaaaaaaa!"

 
   Estoy en esa edad (36 años, un mes y dieciséis días) en la que los niños hace siglos que me dicen "¡señora!" (grrrrrrrrrrr), y cada vez que me lo dicen pienso que no soy tan mayor como para que me lo llamen (pero lo hacen, es un hecho).

   Esta mañana de enero, aprovechando que aún había un poco de sol, he salido a andar (hay que mantenerse en forma) bien abrigadita, que como bien dice el refranero "En enero: abrigo, bufanda y sombrero", hace muuuuucho frío y hay que abrigarse bien.

   Cuando salgo a caminar, suelo pasar al lado de un colegio, y hoy justo he pasado en la hora del recreo de los peques. Les he oído gritar a lo lejos "¡señora! ¡señora! ¡el balón! ¡señora!". Se les había salido el balón a la calle. Le gritaban desesperados (como si la vida se les fuese en ello) a una señora que no les ha hecho el mínimo caso (inhumana...... pobrecitos.....). Pero..... me acercaba yo..... y con sus ojitos infantiles me han detectado al momento.

   - ¡Señora! ¡El balón! ¡Señora!

   Les miro.
   Me miran.
   Me señalan el balón.
   Miro al balón.
   Voy hacia él.

   -  ¡Señora! - me dice uno de ellos - ¿sería usted tan amable de cogernos el balón?

   - ¡La otra no nos ha hecho ni caso! - me gritaban los demás.

   - Ya la he visto. - les contesto yo guiñándoles un ojo (aunque iba con gafas de sol y no lo habrán visto) y lanzándoles el balón.

   - ¡Gracias! ¡Qué amable! ¡Muchas gracias! - gritaban ellos.

   - No hay de qué chicos, y la próxima vez tened más cuidado.

   Procedo a continuar mi marcha cuando escucho:

   - ¡Gracias guapaaaa! ¡Macizaaaa! ¡Tía buenaaaa!

   Y yo... ¿Ein? ¡Pero si aún son mocos que no levantan ni tres palmos del suelo y ya están piropeando! Me giro, sonrío, los miro sin pararme y los veo mirándome y saltando diciéndome adiós y tía buena....

   Hoy he pasado de ser Señora a Tía Buena.

   No está mal ¿Verdad?




(20/01/15)


 

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