viernes, 9 de agosto de 2019

La chancla desintegradora


   Érase una vez, en un lugar muy muy lejano de una remota ciudad al sur de la comunidad autónoma en la que reside la capitanía de un país donde lo que más vale es el sol, una noche cualquiera, cuando los seres que allí vivían estaban plácidamente viendo ese artilugio luminoso y sonoro que entretiene a ratos, un ser volador identificado entró para perturbar la paz que allí reinaba (pánico, con lo a gustito que estábamos...).

   Ella dijo:

  - Buah, una polilla.

   Con rápido movimiento (el mismo que hubiese hecho si me hubiese pinchado con algo), levantó su plana posadera del sillón en el que tranquilamente no hacía nada, y corrió para cerrar la puerta del pasillo que daba entrada a otras estancias del hogar (que luego da mucho yuyu que se cuelen en los armarios).

   Él cogió un cojín (un arma súper mortífera que es capaz de terminar con todo ser vivo que entre a molestar a partir de ciertas horas).

   - A ver - dijo ella - No vayas a darla con el cojín que nos puede dejar mancha. (qué asquete ¿no?)

   Él soltó el cojín y se quitó una chancla (más letal aún que el cojín).


(chan chan chaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan)


   - ¿Dónde está? No la veo - dijo él.

   - Está por ahí, por el mueble.

   La dama de plana posadera diose media vuelta (igual que el demonio de Tasmania de los dibujos animados) y corrió en busca de un largo palo terminado en plumas para echar al ser volador hacia el balcón, abrir la ventana y dejarlo ir, pero revoloteaba a la velocidad del rayo (bueno, a lo mejor un pelín menos...) y era imposible pillarlo.

   - ¿Dónde está? - volvió él a preguntar.

   Ella miró por todos los sitios dando un giro de 360º (¡Olé!)

   - Está pasando por delante de ti.

   Con veloz movimiento y sin saber lo que iba a pasar, él dio un zapatillazo al aire.

   ¡¡¡PIC!!!
(esto es la reproducción del sonido que escuchamos)

   - No la veo - dijo él.

   - Yo tampoco - añadió ella.

   - En la chancla no está - dijo girando ésta para ver la suela.

   Miraron por el suelo. Cogieron las linternas para buscarla por todos los rincones, en todas las grietas, en todos los lugares en los que podía haber caído. No apareció por ningún sitio.

   No la vieron volar más. Nunca jamás apareció. Es inexplicable, pero aun habiendo pasado muchas horas desde que ocurrió, no han vuelto a saber de ella.



 
   P.D: llegaron a la conclusión de que la chancla era el arma de destrucción masiva jamás inventada.
   P.P.D: la chancla desintegradora.
   P.P.P.D: el ser volador desintegrose en el aire.
   P.P.P.P.D: en estos momentos sigue sin aparecer y continúan pensando que esa chancla tiene poderes.

   (El post está contado en tercera persona (me apetecía hacerlo así) y los comentarios están en primera persona (también me apetecía hacerlo así).)


 ... ¿Estará la dama de plana posadera perdiendo el último tornillo que le quedaba? ...

 

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