domingo, 7 de febrero de 2016

Estoy torpe no, lo siguiente


   "Si algo puede salir mal, saldrá mal", ya lo decía Murphy sabiamente en una de sus leyes. Se podría aplicar también a algo así como "si crees que va a pasar algo y no quieres que pase, pasará", y pasa, ya os cuento yo que pasa... Que vas tranquilamente en autobús por el centro de Madrid y estás muy lejos aún de tu casa y piensas: "... Espero que no me entren ganas de orinar..."... Pues entran, y cuando las ganas van creciendo, más te desesperas y más escalofríos te entran. Por suerte, en el recorrido de ese autobús hay unos conocidos grandes almacenes en los que puedes entrar tranquilamente a echar un vistazo e ir a visitar sus instalaciones urinarias de vez en cuando (que ya tienes previamente localizadas porque no es la primera vez que las visitas). Sabes que éstos están subiendo las escaleras a la primera planta y cogiendo el pasillo de la derecha. Ahí están, y vas segura a ellos. ¿Pero qué pasa cuando entras, recorres el pasillo, subes las escaleras y te encuentras la planta cerrada por reformas? (¡Nooooooooooooooooooooooooo!) Piensas: "Me voy a la segunda planta que estarán justo en el mismo sitio". ¡Pues no! Resulta que la segunda planta no tiene baños. (uuuffffffffffffff) Decides seguir subiendo (vamos a probar suerte en la tercera planta) y te diriges al mismo rincón de la primera planta creyendo que ahí sí vas a tener un baño disponible para ti. ¡Error! ¡No hay baño tampoco! (modo pánico ON) Le das la vuelta a todas las plantas, recorres sus puertas (salidas de emergencia, habitaciones privadas...) y ya con escalofríos escalofriantes, preguntas a una amable dependienta:

   - Disculpe, buenas tardes. ¿Serías tan amable de decirme, por favor, dónde hay un baño?
   - En la planta cuarta, arriba.
   - ¡Gracias!

   Sales de allí a la velocidad del rayo (bueno, quizás un poco menos), subes las escaleras (que se hacen interminables) y llegas a la planta cuarta. Echas un vistazo, recorres las puertas... ¡No hay baño! "¿Y ahora qué?"

   - Por favor - se le pregunta de nuevo a una dependienta - ¿Hay baños en esta planta? Tu compañera de abajo me ha dicho que aquí sí hay baños y no los encuentro.
   - Sí, los tienes dentro de la cafetería, al fondo de la barra.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaleluya!

   Ves contenta y alegre a la gente sentada, te diriges a la puerta de entrada y ves que no es la cafetería (grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr) sino que es "Atención al cliente" (grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr)...

"¿Dónde coño está la puerta de la cafetería?"

   Sigues caminando, sigues viendo a la gente sentada merendando y no encuentras la puerta, hasta que, al final de los cristales, ves la puerta con un letrero en el que puedes leer "CAFETERÍA". "Venga va, que llegas, último escalofrío..."..... Y ya, por fin, ves una puerta con una monigota con vestido y piensas "¡Aaaaaaaaaaaaaleluya! ¡Aaaaaaaaaaaaaleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleeluuyaaaaaaaaaa!"

( .......... Lo que viene ahora no se puede contar.......... )

.................................................

   Sales con una cara de felicidad y una tranquilidad indescriptibles, decidida a continuar con tu camino, cuando piensas: "Pues me bajo al súper y me compro un refresco de cola con gas edulcorado para el camino", pero no sabía yo si esos grandes almacenes tenían o no súper. "Si hay, tienen que estar en la planta más baja". Empiezas a bajar escaleras hasta que no puedes más, y no encuentras el súper para comprarte tu ansiado refresco (que ya, con la vejiga vacía, iba apeteciendo). "Pues no habrá súper aquí". Vas a las escaleras y te adelanta una señora con desparpajo con un par de bolsas del súper (¿Ein?)

   - Disculpe, por favor ¿Dónde está el súper? Es que no lo encuentro - le preguntas a la amable señora con desparpajo.
   - En la planta baja (........), las escaleras las tienes al fondo de la zapatería.
   - ¡Muchas gracias!

   Vuelves a bajar. Recorres la planta, ves la zapatería (no hay escaleras). La recorres de nuevo (no hay escaleras, me han timado) y no ves nada... "Estoy torpe no, lo siguiente"

   - Por favor - te acercas a la vigilante de seguridad - ¿Las escaleras para bajar al súper?
   - Sí, las tienes aquí (detrás de ella) (.................), las mecánicas a la izquierda y las no mecánicas a la derecha.
(...............................)
   - ¡Gracias!

   Y ya bajas, súper feliz y más contenta que una perdiz porque vas a encontrar tu ansiado refresco ¡por fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin!

   Te lo compras, subes las escaleras para buscar la puerta por la que has entrado hace casi media hora ya... y sales a la calle rumbo a casa (ahora a bebérselo despacito, no vaya a ser que llegue con escalofríos a casa)

   Qué malo es hacer viajes e ir con ganas de... ya me entendéis...

   Ya os seguiré contando cosas... Así que sed buen@s mientras tanto... o no...




(07/02/16)

2 comentarios:

  1. Me encantó, he estado allí más de una vez. Aunque lo de comprar un refresco es un círculo vicioso :)

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